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miércoles, 6 de junio de 2012

A pleasure of your own.


Imagina que tu platillo favorito sean unos espaguetis con albóndigas, un platillo al que el restaurante que lo vende le llama "Gloria." Es el platillo más delicioso que has probado en tu vida y te encanta, llevas yendo al restaurante que lo hace por más de 10 años y siempre pides lo mismo. Ahora imagina que un día el chef decide cambiar las albóndigas por testículos de caballo, y lo sigue vendiendo como "Gloria".

si tienen mas hierro, pero no saben mejor

Ahora es jueves, el día en que sueles ir a comer tu "gloria", llevas 3 días muriéndote por que llegara este momento, se te hace agua la boca y estás lleno de expectativa por el manjar que estás a punto de disfrutar. Los pocos minutos que generalmente se tardan en servirte el platillo te parecen largas horas y nada con lo que intentas distraerte parece hacerlo. Finalmente llega el platillo, tu manjar de dioses, ese manjar que en tu mente es un producto del destino hecho especifícamente para complacer tu lengua y tus sentidos y con el cual pones en duda que no eres el centro del universo. 


cada platillo tiene las ilusiones de 50 niños para darle ese sabor único

Pero lo quieres disfrutar, así que no te lanzas como perro a devorarlo, primero respiras su aroma proyectando en tu mente las imágenes abstractas del placer por venir. Ahora tomas el tenedor y con calma lo introduces en "Gloria" y le das vueltas hasta tomar la porción exacta de espaguetti. Esto se ha convertido en un ritual para tí y tienes que respetar el procedimiento, tienes que mostrarle el respeto a este platillo que te ha hecho sentir bien, que te alegró algún día estando triste, que no compartes con nadie más que con tu alma. 

~Llega el momento~

Introduces el tenedor en tu boca, separando la comida del frío metal. 
Masticas.
Placer instantáneo. 
Masticas.
Te sientes bien.
Masticas.
El rush inicial se interrumpe.
Masticas.
Hay algo raro.
Tragas.
Podría ser?
Dejo de sabor.
Algo anda mal.


Te preguntas entonces que pudo haber pasado, en 10 años jamás te había pasado algo similar. El platillo siempre estuvo en su punto, jamás hubo una consistencia, un olor, una textura distinta. Contra tu mejor juicio, decides entonces levantar la mano y hacer una pregunta que nunca pensaste llegar a hacer: "Disculpe, mesero. ¿Hay algo distinto en mi platillo?" y ves al mesero alejarse después de un "déjeme revisar" que congela tu cuerpo. Lo sigues con la mirada y lo miras hablar con el chef... todo pasa en cámara lenta, miles de ideas invaden tu mente, pero sabes que lógicamente solo hay una respuesta correcta. Aún así, te aferras a la esperanza de que alguna fuerza esté actuando en tu contra y todo sea una mala casualidad.


La voz del mesero se dejó de oir en tu cabeza después de la primera palabra. Ahora había una nueva verdad puntual e inescapable: habían cambiado el platillo. En un arrebato de "creatividad", decidieron sustituir las albóndigas por testículos de caballo. De haber puesto atención, habrías escuchado al mesero vomitar una explicación absurda sobre como otros restaurantes lo habían implementado con cierto éxito y que se decidió intentar lo mismo en este, para no arriesgarle lo hicieron en su mejor platillo. Piensas hacer preguntas como "no podían haber creado otro platillo?" "por que meterlo afuerza en "Gloria"? "por que no cambiarle el nombre?" por que..."  pero aunque abres la boca, las palabras no salen. El mesero ya está lejos de todas maneras, el mensajero que pasa las malas noticias no tiene ninguna inversión en quedarse contigo.

Tus sueños destruidos. Tu realidad corrompida. Ya nada sirve, ya nada importa. Te olvidas de volver a confiar en nada ni en nadie y consideras maquillarte y ponerte ojeras y vestir con ropa ridícula y tal vez retomar esa banda que hiciste hacía 15 años burlándote del metal para mostrar tu odio al universo.


foto no relacionada
Algunas personas que compartían tu gusto por el platillo, aceptan el cambio. Como si el simple hecho de que se siga llamando "Gloria" le hiciera algo de justicia a la aberración cometida e incluso lo siguen consumiendo. Otros que escucharon de la popularidad de Gloria se acercan y lo prueban sin saber que lo que introducen a sus cuerpos no es más que una sombra del platillo original, de ese platillo que no conocieron ni conocerán.

Caminando un día, pasas enfrente de aquel restaurante y observas a la multitud fuera, formados para consumir testículos de caballo. De pronto te sientes con suerte, a final de cuentas tú disfrutaste de ese platillo en su mejor momento. Nadie más en ninguna parte del mundo tuvo la satisfacción, el placer y el disfrute que tú conociste. Cierras los ojos y de pronto tus sentidos se invaden con la textura, el aroma, la sensación de ese platillo que tanta alegría te dío y con ellos, sentimientos indescriptibles, innombrables, conocidos únicamente por tí y te preguntas si algún día la humanidad llegara a tal grado de iluminación y armonía que lleguen a encontrar palabras para describirlos. Sonríes. Tienes suerte por que aquellos engañados, jamás sentirán lo mismo que sentiste y jamás compartirán tu alegría y tu disfrute. A final de cuentas, tienen testículos de caballo en el estómago.


No you can't play with it, you won't enjoy it on as many levels as I do...



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