.:In Tron we trust:.

jueves, 25 de agosto de 2011

Neps & la Pornografía:.

No te engañes por el título, esta entrada no será sobre la masiva colección de pornografía que logré acumular cuando tenía 8 años ni tampoco sobre aquella vez en la que terminé trabajando en una película porno...


No, esta entrada es sobre una historia, sobre una aventura que viví y que debe ser contada y qué mejor lugar para contar algo que en los amplios anaqueles de la internet. Let's Go!

Pues resulta que mi jefe de aquel entonces quería poner un sitio de videos porno en la internet, la tirada de este sitio era amateur y siendo nuevo el site, no había muchos videos que el visitador casual pudiera ver. So mi jefe resolvió que compraramos un montonal de videos en algún lado y siendo entonces los dueños de los mismos, los subiéramos al site sin problema alguno. Mi tarea: establecer contacto con el conecte de mi jefe que se movía por esos círculos y que tenía acceso a una casa productora, ver los videos que producían y finalmente llegar a un veredicto sobre el perfil de los mismos para determinar si cumplían con los requisitos del sitio en internet.

Yo me encontraba en la esquina de la calle Texas con Rochester cuando José llegó, un chavo medio hippie-apestoso pero que traía buena vibra. Después de la propia introducción, me guió sobre Rochester hasta el establecimiento que fungía como casa productora del porno y digo "fungía" por que cualquiera que pasara enfrente de aquel sitio vería indudablemente un local donde sacan fotos para pasaporte, diplomas, credenciales, etc.

Por dentro - como por fuera - el local no parecía otra cosa más que un lugar para sacar fotografías de manera rápida; estaba dividido a la mitad por unas barras anchas de metal y por una puerta - también de metal grueso - como única vía entre las dos partes. De un lado los clientes esperaban su turno y del otro se tomaban las fotografías y se realizaban las transacciones monetarias. Al fondo de ese lado, había otra puerta que presentaba un misterio para quienes la veían, un misterio -por supuesto- que se esfumaría y deshecharía en el momento de partir. Poco sabía yo que ese día en particular, los misterios de esa puerta serían revelados para mí.

Después de esperar unos pocos minutos, la persona que atendía a los clientes del otro lado de la reja finalmente le prestó atención a José saludándolo. Su nombre era Paulino, era prieto, estaba gordo y chaparro, con el pelo corto, patillas poderosas y un fino bigotito, vestía camiseta blanca y traía una cadenita de plata al rededor del cuello. Habiendo cumplido con los saludos, nos invitó a pasar a ese segundo nivel através de la puerta número 2, la puerta del misterio.

Aquí las cosas eran totalmente diferentes. Del lado izquierdo pegados a la pared, 2 televisiones conectadas a un montonal de reproductores de DVD, fácilmente eran como 8 los reproductores conectados a estas. Del lado derecho y pegado a la pared había lo que parecía ser un sillón que había perdido su respaldo cubierto por una cobija que tenía un patrón de unos rombos y arriba de éste un gran póster de una peli de hace 50 años: "La Piedra en el Zapato". Las otras dos paredes estaban llenas por cajas y cajas apiladas y llenas de bolsitas con DVDS de pornografía: el producto final de esta gran compañía, de esos que encuentras en todos los puestos de periódicos, de esos que traen un papelito reciclado impreso a inyección de tinta con el título de la peli en una bolsita de plástico cerrada por un pedacito de diurex.


así pero más porno

Una vez sentado sobre la cobija con el patrón de rombos debajo de "La Piedra en el Zapato", Paulino me explicó que había preparado una selección de su amplio repertorio pornográfico para mostrarme y para poder llegar a un veredicto final. Antes de que me los empezara a mostrar, empero, otras dos personas que aparentemente habían sido invitados por Paulino para tal evento, hicieron su entrada: Rodrigo ó el Rorro y Manuelito ó el Mito. El Rorro era alto como de 1.90 y estaba delgado y en buena forma, vestía pantalón de mezclilla y una camisa de manga larga con los tres botones de arriba desabrochados, el Mito por otro lado era una versión delgada de Paulino pero sin bigote y vestía un pantalón de mezclilla y una playera negra y mugrosa. Finalmente después de saludarnos de mano, el Mito y el Rorro se quedaron del lado derecho de las televisiones mientras que Paulino se quedó del lado izquierdo, José se sentó sobre unas cajas y yo, de vuelta sobre la cobija del patrón de rombos. Ahora sí ya todo estaba listo para ver pornografía, Paulino metió un DVD y le dió PLAY...


Stay tuned for part 2 ! XD

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